La inteligencia artificial (IA) evoluciona constantemente, adaptándose a lo largo del tiempo y desempeñando un papel cada vez más significativo en nuestras vidas. Esto ha transformado sectores como la educación, transporte y negocios, mejorando la eficiencia, personalizando experiencias y abriendo nuevas oportunidades en diversas industrias.
Según el último estudio realizado por Noventiq, el 68.3% de los directivos ejecutivos en América Latina han implementado la Inteligencia artificial en diversas áreas de sus organizaciones. Este hallazgo es producto de la creciente adopción de tecnologías avanzadas en la región, reflejando un compromiso significativo con la innovación y la optimización de procesos a través de soluciones tecnológicas de vanguardia.
“El estudio del desarrollo de la inteligencia artificial (IA) se centra en comprender y analizar las necesidades de las personas al utilizar esta tecnología para sus propios objetivos”. Según Orlando Perea, Gerente General de Noventiq Perú, “la IA se aplica como un catalizador de cambio en los mercados emergentes, comprometiendo la experiencia global para anticipar las ciberamenazas y proteger la integridad de los sistemas de los usuarios y clientes, garantizando así un entorno digital seguro y confiable”. De esta manera, la IA tiene el potencial de transformar la ciberseguridad al ofrecer capacidades avanzadas de detección y respuesta a amenazas. Esto permite desarrollar estrategias que incluyan la mejora continua de los modelos, la inversión en recursos humanos y tecnológicos, y el cumplimiento de normativas legales para mitigar los riesgos y maximizar los beneficios de la IA en la ciberseguridad.
El ejecutivo de Noventiq, plantea 3 desafíos de la IA en la ciberseguridad:
Privacidad y manejo de datos. La IA en ciberseguridad a menudo requiere el análisis de grandes volúmenes de datos, incluidos datos personales. Esto plantea desafíos relacionados con la privacidad y el cumplimiento de regulaciones como el Reglamento General de Protección de Datos.
Desarrollo de malware autoadaptativo. Se emplea la inteligencia artificial para evaluar el entorno en el que se encuentra y ajustar el código, optimizando la eficiencia como la capacidad de evadir la detección.
Mayor sofisticación de ataques. El uso de la IA permite automatizar el reconocimiento de vulnerabilidades, la explotación de sistemas y distribución de malware, aumentado la velocidad y la escala de los ataques.