En un nuevo paso hacia la automatización de la seguridad ciudadana, China ha iniciado operaciones de patrullaje y control urbano con robots humanoides y perros mecánicos equipados con inteligencia artificial (IA), en la ciudad de Mianyang, en la provincia de Sichuan. Mostrando una vez más, el potencial que el gigante asiático le puede dar a esta tecnología.
«Hoy, más del 70% de las fuerzas de seguridad en Asia están explorando herramientas tecnológicas basadas en IA para reforzar sus operaciones, y China lidera esta tendencia con prototipos aplicados en entornos reales», nos comenta Patricia Paulet, de IDAT.
La iniciativa responde al interés estratégico de las autoridades chinas por integrar máquinas inteligentes en tareas de asistencia, vigilancia y hasta intervención policial. Estos avances tecnológicos ya se están probando en entornos urbanos complejos, como Mianyang, una ciudad con alta densidad vehicular y zonas de tránsito conflictivo.
Los robots desplegados en Mianyang patrullan las calles entre las 8:00 a.m. y las 5:00 p.m., actuando como auxiliares de tránsito durante las horas pico. Gracias a su sistema de IA, pueden interpretar señales, reconocer patrones de tráfico e interactuar con el entorno para tomar decisiones autónomas.
En paralelo, los perros robot han sido equipados con cámaras de 360 grados que transmiten en tiempo real a los centros de monitoreo policial. Además, han sido entrenados para ejecutar órdenes específicas, rastrear sospechosos e incluso asistir en operativos tácticos.
“Según datos del Foro Económico Mundial, un 76% de los países desarrollados ya incorporan tecnologías de inteligencia artificial en sistemas de vigilancia y control público. Este tipo de implementaciones no solo optimizan recursos, sino que también mejoran la capacidad de respuesta en situaciones de riesgo”.
China también ha comenzado a explorar la robótica con fines deportivos. Inspirada en la tradicional Maratón de Chicago, se organizó en 2025 la primera maratón de robots en territorio asiático. Esta singular competencia reunió a modelos desarrollados por universidades y empresas locales, que corrieron junto a más de 12,000 personas en un exigente circuito de 21 km.
Los robots enfrentaron desafíos del terreno y condiciones climáticas adversas, lo que permitió a los ingenieros evaluar el rendimiento físico y la capacidad de adaptación de sus creaciones. El evento no solo atrajo la atención de los medios, sino que abrió la posibilidad de futuras olimpiadas de robótica, donde naciones podrían competir en el desarrollo de soluciones móviles autónomas.
Este tipo de despliegues genera tanto entusiasmo como debate. Mientras algunos expertos aplauden el uso de la tecnología para fines de seguridad, otros advierten sobre los riesgos éticos y el control que podrían ejercer estas herramientas.
