En la era digital actual, las empresas dependen cada vez más de las aplicaciones de software para operar de manera eficiente. Sin embargo, muchos se enfrentan a sistemas obsoletos que limitan su crecimiento y capacidad de innovación. Es aquí donde la modernización de aplicaciones es una solución esencial para alinear la tecnología con los objetivos comerciales modernos.
«Las organizaciones que adoptan la modernización de aplicaciones no solo mejoran su rendimiento y seguridad, sino que también ganan agilidad para adaptarse rápidamente a las cambiantes condiciones del mercado. Este proceso es fundamental para mantenerse competitivos y ofrecer un valor excepcional a los clientes», afirma Jaime Mourão, gerente general de Stefanini Perú.
La modernización de aplicaciones implica actualizar y transformar sistemas de software heredados, migrándolos a arquitecturas nativas de la nube, descomponiendo aplicaciones monolíticas en microservicios y adoptando prácticas DevOps para acelerar los ciclos de desarrollo e implementación.
Mourão, destaca los principales beneficios de la modernización de aplicaciones:
Mayor escalabilidad y rendimiento. Al aprovechar infraestructuras modernas, las aplicaciones mejoran en capacidad de respuesta y pueden gestionar cargas de trabajo fluctuantes, garantizando un rendimiento óptimo en períodos de alta demanda.
Rentabilidad. La consolidación de infraestructuras y la optimización de recursos, junto con soluciones basadas en la nube, permiten a las empresas disminuir gastos operativos y optimizar sus operaciones de TI.
Mejora en seguridad. La implementación de medidas de seguridad robustas, como cifrado y controles de acceso actualizados, protege datos confidenciales y previene posibles brechas.
Agilidad e innovación empresarial. Las aplicaciones modernizadas se adaptan con facilidad a nuevos requisitos, permitiendo a las organizaciones responder rápidamente a tendencias del mercado y lanzar nuevos productos y servicios.
Experiencia de cliente mejorada. Con tiempos de carga más rápidos e interfaces intuitivas, las aplicaciones modernas aumentan la satisfacción y lealtad del cliente.
A pesar de sus beneficios, Mourão, considera que la modernización presenta retos como la gestión de la deuda técnica, la complejidad en la migración de datos, cambios culturales dentro de la organización y posibles excesos en costos y tiempos. “Superar estos desafíos requiere una planificación estratégica, gestión de riesgos y, en ocasiones, colaboración con expertos en el área”.
“La modernización de aplicaciones es una inversión crucial para las empresas que buscan mantenerse competitivas en el panorama tecnológico. Con una planificación adecuada y un enfoque estratégico, las organizaciones pueden transformar sus sistemas heredados en plataformas ágiles y escalables que impulsen la innovación y el éxito a largo plazo”.