«Sharenting», término derivado de la fusión entre share (compartir) y parenting (paternidad), se refiere a la práctica de padres que divulgan fotografías y vídeos de sus hijos en diversas plataformas de redes sociales. Si bien algunos lo ven como una forma inocente de conectarse con otros padres, familia o amigos, el sharenting también expone a los niños a diversos riesgos que los padres tal vez no hayan considerado al momento de compartir.
Hoy en día, la identidad digital de un niño o niña se crea con la primera publicación sobre ellos. A veces, se trata de un anuncio de embarazo o una imagen de ultrasonido publicada en las redes sociales. A partir de ese momento, los padres van construyendo una identidad digital integral para sus hijos agregando nuevos detalles como colores sobre un lienzo en blanco.
Si los perfiles de los padres en las redes sociales son públicos, esta gran cantidad de información se vuelve accesible para cualquiera y puede ser susceptible a un posible uso indebido. En caso de una vulneración de las cuentas online de sus padres, la información del niño también queda expuesta.
Entre los riesgos potenciales del sharenting se incluyen:
1.- Revelar sobre los hijos a malos actores. Compartir imágenes de sus hijos en línea puede tener consecuencias perjudiciales, siendo uno de los peores escenarios la exposición involuntaria a depredadores infantiles. Las fotografías digitales contienen una gran cantidad de datos ocultos, incluida la ubicación, la hora, los intereses y los lugares frecuentados.
Por ejemplo, estamos iniciando las clases escolares 2024 y los padres suelen tomar una foto con la siguiente descripción: «primer día de escuela». Revela detalles como el colegio del niño, el uniforme como pista o la calle del domicilio familiar. Las etiquetas geográficas incluso permiten a personas con intenciones maliciosas rastrear la ubicación del niño en tiempo real.
2.- Robo de identidad digital de niños. Se podría pensar que el robo de identidad sólo les ocurre a los adultos, pero la identidad digital de un niño es aún más tentadora para los ciberdelincuentes, ya que es una «pizarra limpia»: no hay registros ni incidentes relacionados con ella.
Incluso los detalles básicos pueden convertirse en una mina de oro para los ladrones de identidad. Un estafador podría explotar fotografías para descubrir su dirección o utilizar información de sus publicaciones para adivinar sus contraseñas o las respuestas a preguntas de seguridad. Se puede obtener más información personal, como el apellido de soltera de la madre, nombres de mascotas y detalles sobre la escuela y las vacaciones, en la cuenta de redes sociales de los padres.
Cuando se combinan con datos obtenidos mediante phishing, de la Dark Web mediante violaciones de datos o de servicios públicos, los ciberdelincuentes pueden robar fácilmente la identidad de un niño con fines maliciosos. Pueden comenzar a acceder a cuentas bancarias o realizar solicitudes de crédito. Y debido a que pocos padres o tutores legales controlan periódicamente el crédito de sus hijos, las estafas pueden pasar desapercibidas durante años.
3.- Secuestro digital. Este tipo de robo de identidad implica robar imágenes de un niño y pretender que es suyo, generalmente publicando las imágenes robadas en sus cuentas de redes sociales. Este acto malicioso a menudo se lleva a cabo para exponer información privada o sensible que podría afectar negativamente la vida del niño, afectando sus posibilidades de ser aceptado en la universidad o sometiéndolo a acoso.
4.- La elaboración de perfiles podría afectar a los niños a largo plazo. Cuantos más datos proporcione sobre su hijo, más fácil será para los anunciantes dirigirse a él antes de que tenga la edad suficiente para tomar decisiones de compra informadas. A medida que evoluciona el aprendizaje automático, los datos recopilados pueden usarse para analizar o predecir aspectos sobre una persona, por ejemplo, desempeño en el trabajo, situación financiera, salud, preferencias personales, intereses, confiabilidad, comportamiento, etc.
5.- Privacidad en línea y el derecho a crear su propia identidad digital. Considere el impacto de estas numerosas publicaciones en línea, una vez que algo se comparte en Internet, permanece allí para siempre, incluso si se elimina la publicación original. Entre las muchas fotos compartidas, es posible que algunas no presenten a los niños de la mejor manera, potencialmente causando vergüenza a medida que envejecen. Además, las normas sociales evolucionan y lo que parecía aceptable hace una década puede no serlo en el futuro.
Para los especialistas de Bitdefender es importante que los padres estén capacitados y tengan conocimiento de los posibles peligros que conlleva el shareting. Asimismo, que compartan de forma consciente, tomen el control y administren la información personal de su familia de manera responsable. Se recomienda:
Elija métodos seguros para compartir las fotos y videos de su hijo en las redes sociales, use aplicaciones de mensajería instantánea privadas (encriptadas) seguras.
Limite quién puede ver sus publicaciones. Crea grupos cercanos con su familia y amigos cercanos y pídales que no compartan imágenes de sus hijos en línea.
Desactive los servicios de ubicación en sus dispositivos y/o aplicaciones.
Pida el consentimiento de su hijo si tiene edad suficiente antes de publicar cualquier foto o video de su hijo en línea.
Evite publicar ciertas fotos o videos que puedan comprometer la privacidad de su hijo (ahora o en el futuro), como imágenes en traje de baño o durante la hora del baño. Considere ocultar la cara de su hijo mediante técnicas como tomar fotografías desde atrás o agregar emojis para protegerse.
Mejore la seguridad de su cuenta en línea: ajuste la configuración de privacidad de sus cuentas de redes sociales para limitar la visibilidad de sus publicaciones. Restrinja el acceso a su contenido solo a personas que conoce, evitando que extraños vean fotos o videos de sus hijos.